El proceso del reciclaje del aluminio, comienza con la
recolección de dicho material, para su posterior traslado a la planta de
reciclaje, donde se separa, limpia y se aplasta creando grandes bloques.. El
aluminio se funde, creando de nuevo láminas de este material, listas para un nuevo
uso.
El aluminio, tras el hierro y el acero, es el metal más
utilizado en el mundo, y es uno de los materiales que menos reciclamos. Por
esto, es muy importante concienciar a la gente que hay que reciclar el
aluminio, que encontramos en envases y en el propio papel de aluminio en
nuestros hogares, y en coches, barcos, edificios y muchos usos más, a nivel
industrial.
El aluminio, aunque es muy cuantioso en nuestro planeta,
tiene unos altos costes de extracción, especialmente energéticos. Reciclando
aluminio, se ahorra un 94% de ese coste energético. Es un material además que
no pierde propiedades tras varios procesos de reciclado. Todo ello hace que
prácticamente la totalidad del aluminio empleado en la industria, sea
reciclado, a pesar que a nivel doméstico no se recicle prácticamente.
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